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Algunas reflexiones sobre los sesameros, el capital, el mercado y el Estado

Publicado en la Revista Acción, N.º 294, mayo 2009 – Centro de Estudios Paraguayos Antonio Guasch (CEPAG).
El modelo capitalista de producción agrícola, comúnmente denominado agronegocios, está profundamente hegemonizado por las corporaciones transnacionales, tanto en el mundo como en el Paraguay. La creciente concentración en los mercados mundiales de insumos para la producción agrícola, de comercio de materias primas del sector, de producción de alimentos y de comercialización al consumidor final, se profundiza de igual manera a escala global, en simultáneo con la concentración dentro de la economía interna del país. Cada vez menos empresas controlan porciones mayores de mercado.

Esta participación creciente del capital transnacional en el sector agrícola del país se constituye en gran medida en el núcleo del modelo de los agronegocios implantado y extendido en el territorio nacional. Este núcleo transnacional es el principal elemento organizador de la estructura de producción agrícola, la cual, por este mismo hecho, está orientada a la exportación de lo producido en el país en función a las necesidades y demandas del comercio internacional, muy por encima de los requerimientos y necesidades de consumo de la población local. Por tanto, el papel que desempeñan las transnacionales en la economía nacional es de un peso determinante en la conformación de la misma y, lógicamente, en los resultados que arroja, en los ámbitos económico, social y ambiental.

Las transnacionales por lo general no se involucran directamente en la producción misma en el campo, sino que más bien son proveedores de insumos para la producción agrícola y por sobre todo, acopiadores de la misma. Reducen al mínimo la toma de riesgos propios de la producción del sector.

Cuando fracasan las políticas sociales

El conflicto del sésamo tiene ciertas similitudes —aunque a escala menor— con lo sucedido con el algodón en su momento: es un cultivo de pequeños productores; de difícil, parcial (o cara) mecanización, principalmente en su fase de cosecha; su comercialización está controlada por un oligopsonio (pocos compradores/ exportadores) que son empresas extranjeras que fijan el precio; está destinado en su casi totalidad al mercado externo. Lo más relevante es que, al ser un cultivo de productores campesinos, tiene la característica de ser un importante rubro de distribución de ingresos en el país, para sectores que tienen serias dificultades en obtener ingresos en efectivo.

La exportación de la semilla de sésamo se vio afectada durante los últimos meses por tres factores: la caída de precios internacionales, las condiciones impuestas por los países importadores (principalmente referidas a los agroquímicos utilizados durante su proceso productivo, almacenamiento y transporte), y la sequía del período agrícola anterior.

Mientras el primer factor tendió a disminuir su cotización (aunque nunca tanto como se pretendió) a nivel local, el segundo puso en alerta a los exportadores que conocen el manejo sanitario del cultivo y tomaron una posición cautelosa con sus compradores (ante la posibilidad de que sus embarques sean rechazados), que en un 60 % estaba constituido por el mercado japonés. El tercer factor debiera haber sido un factor que empujara hacia el alza al precio por la caída en la productividad, cosa que, sin embargo, no ocurrió. No obstante conocer estas dificultades (la sequía ya estaba presente en la época de siembra, la crisis internacional ya se había desatado, y los exportadores ya conocían las advertencias de los compradores), las empresas agroexportadoras alentaron su cultivo, prometiendo precios similares a los pagados en la cosecha 2008. Repetimos, conociendo que la situación del mercado no sería similar a la del 2008.

La medida del Gobierno, de acopiar la cosecha e indemnizar al productor por las pérdidas por sequía, suscitó una esperable reacción por parte de los grupos económicos hegemónicos: el Gobierno estaba interviniendo en el mercado y la comercialización del producto, que es poco menos que una herejía para los seguidores del culto al libre mercado y en general a las políticas neoliberales. Sin excepción alguna, los gremios patronales del sector agropecuario apoyados por la prensa empresarial desataron una verdadera cruzada contra el Gobierno y en particular contra el Espacio Unitario Popular —liderado entre otros por Elvio Benítez— que reclamaba un mejor precio y un resarcimiento a las pérdidas en la productividad provocadas por la sequía.

Lo que es bueno para mí es malo para ti

A propósito del tema del subsidio a los sesameros, es legítimo compararlo con el caso de los sojeros, ya que ambos sectores producen en el ámbito agrícola. En el Paraguay la producción mecanizada en el campo se centra en el cultivo de soja, que alcanzó en el 2007 una superficie de 2.644.856 hectáreas en el país. Uno de los insumos más importantes para la producción mecanizada de soja es precisamente el diesel, que mueve toda la maquinaria que traslada los insumos (semillas, agroquímicos y tractores) hasta las zonas de producción, mueve los tractores, sembradoras, fumigadoras y cosechadoras que realizan la producción propiamente dicha, y posteriormente trasladan la producción hasta silos y puertos para su comercialización.

En todo este proceso se utiliza el diesel subsidiado por los contribuyentes paraguayos, a través de la estatal Petropar. Dependiendo del precio del combustible, su incidencia en los costos de producción de la soja varía, aunque no significativamente. Según el presidente de la Coordinadora Agrícola del Paraguay, filial Alto Paraná, Ing. Rubén Sanabria, este combustible representa el 25 % del total de sus costos de producción[1]. El precio del diesel es de G. 4.270 por litro. Según estimaciones de la CAPECO, el costo de producción de soja en la zafra 2007-2008 fue de 430 dólares por hectárea[2]. Con base en estos datos, se puede calcular, de modo aproximado, el monto del subsidio recibido por los productores de soja a través del precio del diesel (este es solo uno de los subsidios de este sector, el mismo accede a diversas ventajas adicionales por el lado de las reducciones y exenciones impositivas). Para no sobreestimar el monto de este subsidio indirecto, se asume en el cálculo que la incidencia del diesel en el costo de producción es del 20 %, y la pérdida que asume Petropar por litro comercializado es de G. 800.

Zafra 2007-2008

Primero obsérvese el costo del diesel por hectárea de soja producida.

Costo soja por ha. = US$ 430

Incidencia diesel en costos = 20 %

Costo diesel para producción de soja = US$ 430 X 20 % = US$ 86 por ha.

Ahora estímese el porcentaje que Petropar subsidia a los compradores de diesel.

Precio del litro diesel más pérdida de Petropar =

4.270 + 800 = G. 5.070

Subsidio indirecto de Petropar =

(800/5.070) X 100 =

15,8 %

Con estos datos, puede calcularse el subsidio por hectárea de soja y finalmente el subsidio total en función a las hectáreas de soja producidas en dicha zafra.

Subsidio por ha de soja = US$ 86 X 15,8 % = US$ 13,6 por ha.

Subsidio total Zafra 2007-2008 =

2.644.856 ha X US$ 13,6 = US$ 35.970.041

Con base en estos datos puede afirmarse que en el periodo 20072008 los productores de soja obtuvieron en concepto de subsidio indirecto, a través de la compra del diesel a un precio subsidiado por Petropar, la suma aproximada de 36 millones de dólares. A partir de esto puede concluirse que solo en el último periodo presidencial (2003-2008) el subsidio recibido por este sector, con base en la reducción de sus costos de producción, fue superior a los 100 millones de dólares (esta estimación corresponde solo a la producción de soja, no incluye otros rubros mecanizados como el maíz, girasol, trigo, etc., lo que elevaría el subsidio que recibe el sector). Esta es una información adicional que debe ser tenida en cuenta en el momento de discutir las políticas de subsidios, y más importante aún, las políticas de desarrollo del Gobierno actual.

Como puede verse, lo que para los sojeros es bueno, para los sesameros (recordemos que se trata siempre de subsidios) puede llegar a ser incluso una imputación a juicio político del presidente de la República.

Bueno sería que, aunque sea por una vez, las políticas públicas favorezcan a los que han sido secularmente postergados por el modelo agroexportador vigente.

  1. Estructura corrupta del gasoil infla costos en la producción, ABC Color, 22 de marzo de 2009.
  2. Subieron los costos en la agricultura, ABC Color, 7 de enero de 2009. Zafra 2007/2008.