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Breve análisis de coyuntura del 2011

Inédito
En el ámbito político, durante el año parece percibirse un cierto redireccionamiento de la orientación del gobierno, dentro del empantanamiento generalizado al que condujeron las negociaciones de cúpula del Ejecutivo en términos de avances de la situación social.

A dos años de las próximas elecciones, el Ejecutivo parece haberse dado cuenta que luego de lo realizado durante la primera mitad de su período de gestión es poco lo que podría retener de su importante base electoral del 2008 y ha tomado ciertas decisiones algo más progresistas: cambió al ministro del Interior fuertemente influenciado por la embajada norteamericana y asesores colombianos que desarrolló una fuerte política represiva hacia las organizaciones sociales. Igualmente, cambió al ministro de obras públicas, de clara tendencia neoliberal nombró como presidente del Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (INDERT), órgano encargado de la política de tierras a un ingeniero dispuesto a iniciar el proceso de saneamiento de las tierras indebidamente adjudicadas a no beneficiarios de la reforma agraria cambió al Canciller nombrando a una persona altamente calificada e inclinada a impulsar la adhesión del país a los acuerdos regionales y mantuvo en su puesto —a pesar de los embates de los sojeros— a otro técnico dispuesto a hacer cumplir la normativa ambiental en las zonas rurales en el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Vegetal (SENAVE).

En el ámbito parlamentario, el Ejecutivo, que había presentado anteriormente tres proyectos de Ley de clara inspiración neoliberal (la ley de concesión de aeropuertos, la ley de Mipymes —Pequeñas y Medianas Empresas— que flexibilizaba el código laboral, y la ley de defensa de la competencia) dos de la cuales ya habían sido aprobadas por el Congreso, fueron posteriormente vetadas por el propio, retornando las mismas al Congreso para una nueva discusión.

Debe destacarse que el gobierno ha mostrado cierta intención de avanzar en temas socialmente sensibles como la recuperación de tierras irregularmente adjudicadas a terratenientes. Ante estas iniciativas, los gremios empresariales reaccionaron ferozmente contra el INDERT, con el apoyo de los partidos de derecha, principalmente el Partido Patria Querida (PPQ) y la Asociación Nacional Republicana (ANR), y de los medios masivos de comunicación, encabezados por el diario ABC Color. El Poder Judicial se ha prestado para detener las mensuras impulsadas por el instituto de la tierra. Como respuesta a ello, las organizaciones campesinas y sociales formaron una Coordinadora en apoyo al proceso iniciado por el INDERT, y hacia fines del año, en octubre, realizaron una importante movilización en Asunción.

En el ámbito partidario, los sectores políticos de izquierda han fortalecido su espacio de unidad, y de apoyo al gobierno, consolidando lo que se llamó el Frente Guazú (Frente Grande), que tiene como prioridad en su agenda llegar fortalecidos a las elecciones presidenciales del 2013, donde esperan dar continuidad al actual gobierno, mediante una nueva alianza con el Partido Liberal Radical Auténtico o sin ella. Su segundo objetivo, es hacer una buena elección para el Parlamento obteniendo una bancada importante.

La derecha tradicional está definiendo su candidatura para el 2013 dentro del Partido Colorado, donde la pugna es entre el poderoso empresario Horacio Cartes (con vínculos con el empresariado legal y la mafia del país) y, por otra parte, el político de la zona fronteriza con Brasil, Javier Zacarías Irún. Los demás partidos de derecha, como la UNACE y PPQ, parecería ser meros espectadores de esta puja, y buscarán en todo caso reubicarse a través de algún tipo de alianza.

En el ámbito económico, el 2011, puede considerarse como un año más que se pierde. Los cambios estructurales necesarios, así como las reformas mínimas que deberían implementarse para redireccionar la economía hacia mejores resultados, no han sido implementados; por varias razones, principalmente porque afectarían los intereses económicos de los grupos más ricos del país. El PIB, que el año 2010 creció al nivel inédito del 15 %, crecerá este 2011 a no más del 5 %, según las estimaciones, lo cual, en términos de la microeconomía, o sea, para la gente común, no significará ningún cambio en su condición de vida.

El modelo económico implantado en el país continúa fortaleciéndose. La agroexportación sigue siendo la principal actividad en términos de producción y exportación, pero no lo es en generación de empleos, donde su capacidad es muy restringida. La dependencia de todo tipo de productos industriales extranjeros sigue en aumento, dado el pobre crecimiento del sector industrial en el país. El resultado es, a partir de la relación entre la enorme cantidad de productos importados y la exportación de commodities de escaso valor agregado, el crónico déficit comercial que se tiene como país año tras año, pues las exportaciones tan solo alcanzan a un 50 % de las importaciones.

Esta relación comercial negativa del Paraguay con el exterior, es una garantía para el subdesarrollo y la dependencia externa.

Los problemas de fondo del país y de la mayoría de la población siguen en la misma situación. Las últimas estadísticas publicadas son frías demostraciones de que el modelo económico paraguayo es excluyente y no sirve a una enorme cantidad de compatriotas para satisfacer sus necesidades básicas. A pesar del alto crecimiento económico, festejado en demasía por los empresarios y el gobierno, la extrema pobreza en el último año subió del 18 al 19 %, y la desigualdad económica aumentó: mientras el 10 % de la población más rica recibe el 41 % de los ingresos, el 10 % más pobre percibe solo el 1 %. Vista la desigualdad de otra manera, puede decirse que el 10 %, de los ricos, tienen más ingresos que el 70 % de la población de menores ingresos, dado que estos últimos en conjunto reciben solo el 32 %.

Riqueza y pobreza en Paraguay, ambas extremas. A las dos puede vérselas en las calles, y a veces, en los diarios[1]: Otra muestra clara de la veracidad de estos datos y situaciones, se refleja en la información del PNUD que acaba de publicar su Índice de Desarrollo Humano (IDH), en el cual muestra el pobre desempeño del Paraguay en mejorar las condiciones de vida de la gente, expresado en el retroceso en la posición del país, que pasó este año del lugar 96 al 107 según el nivel de desarrollo humano.

Las asimetrías que genera el sector privado en Paraguay, no pueden ser compensadas o disminuidas por el Estado a través de políticas públicas por varios motivos, entre ellos el principal: el sistema impositivo no sirve para eso, pues no contribuyen los que más ganan; el IVA, que grava a los consumidores sigue siendo de lejos la principal fuente de ingresos de la Hacienda pública. Nuevamente, durante el 2011, el IRP no entró en vigencia, a pesar de que el Ejecutivo lo ha mutilado en varios aspectos para que pase el filtro del Parlamento, pero ni así. Tampoco se aprobó el necesario impuesto a las exportaciones de soja y carne, y mucho menos se discutió la posibilidad de modificar el Impuesto Inmobiliario actual, gran estímulo a la concentración y especulación de la tierra en el país. De esta manera, la función redistributiva del Estado no está siendo cumplida.

En este difícil contexto, hubo dos hechos positivos a destacar: en primer lugar, la aprobación por parte del Brasil del aumento de la compensación al Paraguay por la cesión de energía de Itaipú, lo que representan más de 200 millones US$ adicionales, para el Estado paraguayo de lo que venía recibiendo, que pueden representar recursos muy importantes para el desarrollo y la inclusión, dependiendo del modo en que se los utilice. Hasta el momento, el destino de esos fondos estaba en manos del Congreso Nacional. En segundo término, la decisión del Ejecutivo, a través del INDERT y otras instituciones, de iniciar un proceso de saneamiento de las tierras irregulares o malhabidas, que representan una porción importante en el país (9 sobre 40 millones de hectáreas), y constituye uno de los principales obstáculos para la realización de la reforma agraria, la inclusión del campesinado y los indígenas al sistema productivo. No se ha podido aún avanzar mucho en esta tarea, por la intransigente resistencia de los gremios de la producción, pero en contrapartida las organizaciones campesinas, conjuntamente con otras de la sociedad civil, han conformado una Coordinadora por la recuperación de las tierras malhabidas, que puede jugar un papel importante para avanzar con este proceso tan postergado y tan necesario.

Esta Coordinadora —que articula tanto a organizaciones campesinas, urbanas y políticas, con una gran heterogeneidad, como hacía tiempo no se daba— podría constituirse en un importante actor para presionar a que el gobierno avance en algunas acciones que se orienten a la reforma agraria y probablemente también juegue un papel político importante durante el año 2012, año que se caracterizará por la dinámica y la lógica electoral.

  1. El 8 de noviembre ABC Color publicaba que los “Turistas paraguayos, los más gastadores en Uruguay”, donde relataba que los turistas procedentes de nuestro pobre país son los que más dinero gastan en sus vacaciones en Punta del Este y otros balnearios uruguayos. En el 2009 fueron 36.672 turistas paraguayos, quiénes gastaron en su viaje, en promedio, 6 millones de Gs. cada uno, lo que da un gasto total aproximado de 48.000.000 US$. A modo comparativo, el Impuesto a la Renta Agropecuaria (IMAGRO), en el mismo año, teniendo 64.000 contribuyentes inscriptos, principalmente ganaderos y sojeros, solo recaudó el equivalente a 4.000.000 US$. www.abc. com.py/nota/los-turistas-paraguayos-son-los-que-mas-gastan-en-uruguay/.