El modelo agrario paraguayo es anticampesino

Entrevista en: http://horizontesur.com.ar/radio/index.php/cartas/332-ies-el-modelo-paraguayo-un-ejemplo-para-bolivia-ide-que—habla-evo.html

1. El presidente Evo Morales dijo hace poco que invitará a técnicos del gobierno paraguayo para que orienten a Bolivia sobre cómo producir alimentos, dijo que Paraguay es un país de seis millones de habitantes y exporta soja, arroz y carne vacuna para sesenta millones de personas, ¿es realmente el modelo agrario paraguayo para los países que buscan el cambio en la región?

El tipo de agricultura que se hace en el país, orientado a la exportación de materias primas para el mercado internacional controlado en su totalidad por corporaciones multinacionales, es la antítesis de lo que puede plantearse para un gobierno que busca un cambio que promueva el bienestar de su población más vulnerable normalmente campesina e indígena.

La soja, la carne y en menor medida el arroz, la caña de azúcar y otros, son cultivos que requieren grandes extensiones de tierra y están altamente mecanizados, lo cual significa que concentran la propiedad y el precio de la tierra y expulsan mano de obra. Por lo demás son grandes depredadores de recursos naturales cada vez más escasos, en el Paraguay se están derribando los últimos bosques, incluso en el Chaco, donde se están expandiendo la ganadería extensiva y la soja, se destruyen y contaminan cursos y espejos de agua y desaparece rápidamente la fauna local.

La soja en particular se implanta con el paquete tecnológico impuesto por la Monsanto; semillas transgénicas, siembra directa con base en la tractorización del suelo y uso indiscriminado de glifosato (potente herbicida que destruye cultivos aledaños de autoconsumo y muerte de animales domésticos, por no hablar de intoxicaciones y muertes en humanos como ya han ocurrido varias en el país).

Quienes controlan este negocio, y digo negocio y no esta agricultura, ya que se trata de una agricultura sin agricultores, son los gremios del agronegocio; la UGP, Capeco, ARP[1] y otros. Por la vía de los insumos, el negocio es controlado por multinacionales como Monsanto, Syngenta, y por el lado de la comercialización por corporaciones como Cargill, Bunge, ADM en el caso de la soja y de cinco o seis grandes frigoríficos en el caso de la carne.

Para el Paraguay, ese 14,5 % de crecimiento del PIB es una burla grotesca al pueblo, significa la ampliación de la brecha social y el crecimiento brutal de la desigualdad.

2. ¿Cómo viven los campesinos paraguayos este boom agroexportador?

Los efectos sobre campesinos e indígenas son múltiples; el primero es la expulsión de sus tierras, son obligados a abandonarlas de múltiples formas; ofreciéndoseles precios atractivos, alquilándoselas, y en caso de no lograrlo a través de fumigaciones con agrotóxicos o directamente apelando a bandas armadas que los amedrentan. La emigración campo-ciudad es altísima y es gente que no puede insertarse a ningún mercado laboral, cae directamente en la marginalidad.

Los afecta también, reduciendo su capacidad de producción de alimentos, en su salud, por las fumigaciones (casos de muertes, malformaciones en neonatos, abortos espontáneos) y varias otras afecciones documentadas en la literatura médica. Hay destrucción de sus bosques, de sus fuentes de abastecimiento de agua. Y obviamente, la pérdida creciente y rápida de su capacidad de producir alimentos. En otras palabras, este modelo ha significado para ellos la destrucción de su horizonte de vida.

3. Muchos han criticado la fuerte dependencia del modelo agroexportador paraguayo de Brasil (y de los brasiguayos), ¿qué ha cambiado con la llegada al poder de Fernando Lugo?

Es a través de la migración brasilera desde fines de los años 60 que se introdujo el cultivo masivo de soja en el país. Ellos entraron en ese período (estaba Stroessner en el poder) con grandes privilegios arancelarios, impositivos, de ocupación territorial y otros, se afianzaron y dominan no solo grandes extensiones de tierra, sino los canales financieros, cooperativos, de comercialización y hasta culturales. Para el campesino paraguayo ellos son la cara visible del modelo y no fueron ni son pocas las expresiones de hostilidad hacia ellos. Sin embargo, se pierde de vista que no son porque sean brasileros sino porque son los operadores del modelo de esta agricultura, sin agricultores que actúan como actúan y este modelo no está impuesto por Brasil, está impuesto por el imperialismo (o sea, las corporaciones multinacionales) que asignó al cono sur sudamericano el rol de abastecedor de proteínas vegetales y animales al primer mundo. De ahí el concepto acuñado de las repúblicas unidas de la soja.

Obviamente, la llegada al poder de Lugo no modificó un ápice esta situación, hasta me atrevería a opinar que por la debilidad política de su gobierno hizo aún mayores concesiones a estos actores del agronegocio.

4. Algunos analistas en Bolivia elogian al modelo económico de Paraguay por su alto crecimiento, e incluso algunos hablan de un “espectacular salto” y de que es una especie de “diamante secreto”. Dado que siempre conocimos a Paraguay como un modelo de capitalismo de la ilegalidad, alentado por una elite filomafiosa, ¿qué cambió en estos años?

Me apuro en confirmar que el modelo de capitalismo mafioso se afianzó en los últimos años, cada vez más el país es una mezcla en miniatura de Colombia (por su modelo de “seguridad” y criminalización de las luchas campesinas) y de México (por el control de los narcos sobre las instituciones). Aquel concepto del Pentágono sobre los estados fallidos no puede ser mejor aplicado que al caso paraguayo.

En cuanto al crecimiento del PIB por la expansión de la agropecuaria hay que tener en cuenta que el crecimiento del país venía siendo de un 4 %-5 % durante esta década hasta el 2009, en que por efecto de la sequía que había afectado al país durante el 2008 se tuvo un crecimiento negativo de -5 %, de modo que lo que ocurre en el 2010 no es sino una retomada de la tendencia que traía durante la década más un crecimiento real mucho más modesto de un 5 % debido a la coyuntura de crisis mundial que elevó durante el último año el precio de las commodities.

5. ¿Cómo está hoy Lugo, dada su enfermedad, su aislamiento en el terreno institucional —especialmente el Congreso— y el acoso de la derecha?

Lugo hace ya un tiempo se “reacomodó”. Se dio cuenta de que necesitaba apoyo y empezó pidiéndoselo a la Embajada norteamericana (si es que vamos a dar crédito a Wikileaks). Encontró que no podría franquear la muralla del Parlamento, el Poder Judicial, el Ministerio Público y del 90 % de la administración pública adherida como está al viejo régimen, además de la presión de la prensa empresarial enteramente disponible a los intereses empresariales y políticos de las elites conservadoras. El resultado es un importante proceso de derechización que se manifiesta de múltiples maneras, siendo la principal de ella el freno total que puso a —quizás— la principal de sus propuestas de campaña: la reforma agraria.

6. El posible asilo político al exgobernador de Tarija Mario Cossío parece mostrar que los sectores conservadores manejan recursos claves del Estado paraguayo, ¿es así?

El asilo concedido es vergonzoso y hace honor a la tradición del Paraguay, e iniciada en épocas de Stroessner, de dar refugio a cuanto delincuente internacional rondaba por el mundo. No podía esperarse otra cosa de la Conare, de un organismo constituido por representantes de aquellos poderes que representan los intereses de la derecha del país.

Afortunadamente, el gobierno boliviano no cayó en la trampa tendida por los servicios de inteligencia norteamericanos de debilitar la relación entre nuestros países, metiendo una cuña más en sus esfuerzos por debilitar la integración latinoamericana.

7. ¿Se ha logrado construir una alternativa progresista en Paraguay o es más pensable que el Partido Colorado vuelva al poder en 2013?

Lamentablemente no. Los partidos de la izquierda paraguaya son muchos, están fragmentados y con históricas rivalidades que denotan una inmadurez política que no se ha logrado superar con esta administración. Algunos de ellos han incluso caído en los viejos vicios de los partidos oligárquicos. No solo no existen personas, partidos… diría que ni siquiera existen ideas desde el progresismo paraguayo que logren movilizar a la gente o hacer vislumbrar una alternativa para el 2013.

  1. Unión de Gremios de la Producción, Cámara Paraguaya Exportadora de Cereales y Oleaginosas, Asociación Rural del Paraguay, respectivamente