Diario La Nación, 6 de mayo de 2004.
El 18 de marzo pasado, a fin de desconvocar la movilización realizada por la MCNOC, el gobierno firmó un Acta de Compromiso con dicha coordinadora, con la Plenaria Popular Permanente y la CPA-SPN. El acta lleva la firma del ministro de Agricultura. A 45 días de los 90 acordados para dar cumplimiento a este compromiso, el gobierno no cumplió ninguno de los puntos. ¿Los podrá cumplir en tan solo la mitad del tiempo mutuamente fijado?
La tierra está caliente en el campo. No es para menos; la pobreza continúa profundizándose, el incremento del precio del gasoil traerá aparejado no solo el aumento de precios de productos de la canasta básica, sino también un aumento en los fletes agrícolas o la eliminación de camioneros independientes pequeños, que no puedan aguantar una reducción aún mayor del ya pequeño excedente que obtenían. Los transportistas piden aumento de pasajes, los del interior un 40 %.
Debe sumarse a esto la dogmática aseveración del ampuloso presidente del PLRA, para quien “la reforma del Estado es una obligación del gobierno”, síntesis folclórica del pensamiento único de los neoliberales, que ha desatado ya una taxativa respuesta de los campesinos acerca de que las privatizaciones no pasarán. De ser aceptada esta “luminosa” iniciativa, los liberales de entrecasa estarían dispuestos hasta a apoyar la ley de adecuación fiscal. Las visitas de altos ejecutivos del FMI se suceden semana tras semana para “monitorear” cuán exactamente se pagan los servicios de la deuda, de manera a poder ofrecer nuevos préstamos y endeudar todavía más al país, manteniéndolo de esta manera enteramente sometida al capital financiero.
Y la pobreza, el hambre, las enfermedades y el analfabetismo aumentan. Esta situación es particularmente dramática en el campo, infestado ahora de transgénicos y de herbicidas letales.
En este contexto, los campesinos de la MCNOC hicieron hace un mes y medio una movilización que apenas duró un día y medio. El ministro Ibáñez firmó con ellos un Acta de Compromiso, por la cual el gobierno se comprometía a cumplir, en tres meses, los siguientes puntos:
i. Buscar mecanismos político-administrativos para detener la invasión de extranjeros sobre tierras productivas. Impulsar un proyecto de ley para establecer una zona de seguridad fronteriza y cumplimiento de leyes migratorias.
ii. Recuperación de tierras mal habidas y destinarlas a familias campesinas.
iii. Garantizar que las tierras recuperadas por los Bancos públicos y otras entidades estatales sean destinadas a la Reforma Agraria.
iv. Garantizar la aplicación del Art. 5 del Decreto 1836 de impuesto a la soja y que lo recaudado sea aplicado al pago de tierras expropiadas.
v. Prohibir la incorporación de semillas de maíz transgénico y el estudio conjunto de la política sobre otras semillas transgénicas.
vi. Prohibir la importación de agroquímicos incluidos en la “franja roja” , así como la reglamentación de la franja de seguridad contra agrotóxicos en asentamientos con apoyo para el cultivo de especies vegetales protectoras.
vii. Fijación de precio básico de referencia del algodón antes del período de siembra.
viii. Constitución por parte del MOPC de una mesa de diálogo para el estudio de las radios comunitarias.
ix. Inclusión en el proyecto de ley de la Banca Pública del Instituto de Economía Solidaria y la Caja Rural.
x. Que el Poder Ejecutivo informe públicamente su posición con respecto al ALCA y,
xi. Presentar una propuesta de reestructuración del INDI con participación de la comunidad indígena.
El día martes pasado concluyó una plenaria de las comisiones vecinales (de sin tierras) de esa misma organización campesina, en la que se ratifica que de no cumplirse los puntos antes señalados, a partir del 18 de junio se iniciarían masivas ocupaciones de tierras improductivas, tierras mal habidas y latifundios en general. A esto se agregó ayer, el anuncio de nuevas movilizaciones si llegara a aprobarse la derogación de la ley 1615 de privatizaciones.
¿Son los campesinos responsables de la situación de abandono y acorralamiento en la que se encuentran? ¿Son los campesinos los culpables de no tener tierra? ¿Son los campesinos los culpables de movilizarse para reivindicar sus derechos, por otro lado, legítimos, cuando se les miente de la manera más burda?
Cuando llegue el 18 de junio escucharemos de nuevo a las autoridades gubernamentales, prometer cosas, o reprimir pobres. Leeremos, escucharemos o veremos en la prensa tendenciosa y empresarial cuán criminales son los pobres en nuestro país. Tratarán de convencernos de que la soja transgénica y el neoliberalismo son los instrumentos por excelencia para llegar a convertirnos en un país del primer mundo.
La tierra está caliente en el campo. No es para menos; la pobreza continúa profundizándose, el incremento del precio del gasoil traerá aparejado no solo el aumento de precios de productos de la canasta básica, sino también un aumento en los fletes agrícolas o la eliminación de camioneros independientes pequeños, que no puedan aguantar una reducción aún mayor del ya pequeño excedente que obtenían. Los transportistas piden aumento de pasajes, los del interior un 40 %.
Debe sumarse a esto la dogmática aseveración del ampuloso presidente del PLRA, para quien “la reforma del Estado es una obligación del gobierno”, síntesis folclórica del pensamiento único de los neoliberales, que ha desatado ya una taxativa respuesta de los campesinos acerca de que las privatizaciones no pasarán. De ser aceptada esta “luminosa” iniciativa, los liberales de entrecasa estarían dispuestos hasta a apoyar la ley de adecuación fiscal. Las visitas de altos ejecutivos del FMI se suceden semana tras semana para “monitorear” cuán exactamente se pagan los servicios de la deuda, de manera a poder ofrecer nuevos préstamos y endeudar todavía más al país, manteniéndolo de esta manera enteramente sometida al capital financiero.
Y la pobreza, el hambre, las enfermedades y el analfabetismo aumentan. Esta situación es particularmente dramática en el campo, infestado ahora de transgénicos y de herbicidas letales.
En este contexto, los campesinos de la MCNOC hicieron hace un mes y medio una movilización que apenas duró un día y medio. El ministro Ibáñez firmó con ellos un Acta de Compromiso, por la cual el gobierno se comprometía a cumplir, en tres meses, los siguientes puntos:
i. Buscar mecanismos político-administrativos para detener la invasión de extranjeros sobre tierras productivas. Impulsar un proyecto de ley para establecer una zona de seguridad fronteriza y cumplimiento de leyes migratorias.
ii. Recuperación de tierras mal habidas y destinarlas a familias campesinas.
iii. Garantizar que las tierras recuperadas por los Bancos públicos y otras entidades estatales sean destinadas a la Reforma Agraria.
iv. Garantizar la aplicación del Art. 5 del Decreto 1836 de impuesto a la soja y que lo recaudado sea aplicado al pago de tierras expropiadas.
v. Prohibir la incorporación de semillas de maíz transgénico y el estudio conjunto de la política sobre otras semillas transgénicas.
vi. Prohibir la importación de agroquímicos incluidos en la “franja roja” , así como la reglamentación de la franja de seguridad contra agrotóxicos en asentamientos con apoyo para el cultivo de especies vegetales protectoras.
vii. Fijación de precio básico de referencia del algodón antes del período de siembra.
viii. Constitución por parte del MOPC de una mesa de diálogo para el estudio de las radios comunitarias.
ix. Inclusión en el proyecto de ley de la Banca Pública del Instituto de Economía Solidaria y la Caja Rural.
x. Que el Poder Ejecutivo informe públicamente su posición con respecto al ALCA y,
xi. Presentar una propuesta de reestructuración del INDI con participación de la comunidad indígena.
El día martes pasado concluyó una plenaria de las comisiones vecinales (de sin tierras) de esa misma organización campesina, en la que se ratifica que de no cumplirse los puntos antes señalados, a partir del 18 de junio se iniciarían masivas ocupaciones de tierras improductivas, tierras mal habidas y latifundios en general. A esto se agregó ayer, el anuncio de nuevas movilizaciones si llegara a aprobarse la derogación de la ley 1615 de privatizaciones.
¿Son los campesinos responsables de la situación de abandono y acorralamiento en la que se encuentran? ¿Son los campesinos los culpables de no tener tierra? ¿Son los campesinos los culpables de movilizarse para reivindicar sus derechos, por otro lado, legítimos, cuando se les miente de la manera más burda?
Cuando llegue el 18 de junio escucharemos de nuevo a las autoridades gubernamentales, prometer cosas, o reprimir pobres. Leeremos, escucharemos o veremos en la prensa tendenciosa y empresarial cuán criminales son los pobres en nuestro país. Tratarán de convencernos de que la soja transgénica y el neoliberalismo son los instrumentos por excelencia para llegar a convertirnos en un país del primer mundo.