Inédito
“La creación de Zuckerberg (el creador de Facebook) es un fenómeno que cambió la manera en que el mundo se comunica.” Scott Rudin. Productor de Red Social.
Los premios obtenidos recientemente por la película Red Social pusieron de nuevo sobre el tapete la discusión sobre las implicancias de la sociabilidad virtual. Prefiero definir así a estas llamadas “redes sociales” ya que –al menos en las ciencias sociales– el término red social está conceptualmente definido para describir otro tipo de comportamientos.
En la antropología por ejemplo, cuando se intentó superar el análisis vinculado únicamente a organizaciones formalizadas se abrió el interés por las interacciones iniciadas por individuos que generan pautas por decisiones propias por iniciativa, en los distintos marcos de interacción. Ahí el análisis de redes cobró más importancia y se desarrolló con más fuerza en la antropología urbana en la que la ciudad fue considerada como una “red de redes”. En América Latina marcó un hito en el análisis de las redes sociales por las investigaciones de Larissa Adler Lomnitz. En “Cómo sobreviven los marginados” la autora estudió las redes de intercambio en una barriada pobre en México[1] . En Sociología las acepciones del concepto de red social son múltiples, pero tienen en común que trata de describir a organizaciones pluralistas y descentralizadas, y es un sistema de organización cuyo lazo solidario no se construye ni a través de la coacción ni a través de la culpa. El encuentro y el entretenimiento como sistema es el que reemplaza en este tipo de redes a otros fines. En fin, es mucho lo que en las ciencias sociales se ha escrito y discutido sobre este nombre que aplicado a las nuevas formas de sociabilidad virtual resulta algo forzado.
Más allá del auge de esta forma de comunicación (que no deja de implicar la dificultad de la proximidad personal en el mundo de hoy, la necesidad insatisfecha de afecto o hedonismo) están los aspectos comerciales y políticos de instrumentos como Facebook y varias otras de estas “redes”. La ausencia completa de privacidad de la información volcada en “la red”, que por cierto aparece en la letra chica del contrato que uno se aviene a firmar al ingresar (por lo menos en Facebook), permite por ejemplo, a los que la controlan vender información sobre los gustos, enfermedades y otros detalles personales a empresas que luego ofertan sus productos o servicios de manera dirigida a los “clientes” previamente identificados.
Pero también hay un uso político y de espionaje: un ejemplo (de los incontables aparecidos en Internet) denuncia cómo las agencias federales de inteligencia norteamericanas usan las redes sociales para espiar a sus ciudadanos[2]. Este “rastreo” llega a ser incluso compulsivamente aprovechado por estas agencias y se extiende a ciudadanos de otros países[3] .
Efectivamente, la manera como se comunica el mundo cambió. Hay mucha más comunicación pero mediatizada por controladores, a quienes no controlamos.
- Ana Laura Rivoir Redes sociales: ¿Instrumento metodológico o categoría sociológica? http://www.lasociedadcivil.org/uploads/ciberteca/articulo_redes.pdf ↑
- The New York Times informa que a principios de esta semana (15 oct 2010) el director del FBI, Robert Mueller, se reunió con altos ejecutivos de varias de las principales empresas de Silicon Valley, entre ellas Google y Facebook, para implementar acciones de espionaje a través de Internet. Según NYT Andrew Noyes, director de políticas públicas de Facebook, dijo “puedo confirmar que el director del FBI Robert Mueller, se encuentra de visita a Facebook durante su viaje a Silicon Valley“. Un portavoz del FBI reconoció las reuniones, pero no dio más detalles. US federal agencies use social networks to spy on Americans. http://www.digitaljournal.com/ article/298977 ↑
- El FBI desea que una ley de 1994 se aplique también a las empresas de Internet. Un grupo de trabajo interinstitucional de la administración Obama está desarrollando una legislación para el plan, y lo presentará al Congreso norteamericano el año próximo. Según la propuesta, las empresas tendrían que diseñar sistemas para interceptar y descifrar mensajes cifrados, además de la obligación de que todo servicio localizado en el extranjero envíe las comunicaciones a través de un servidor de Estados Unidos, donde serían intervenidas. ↑