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Visibilidad reducida por humo. Temperatura y presión atmosférica en ascenso. Probables tormentas aisladas

Publicado en la Revista Acción, N.º 295, junio 2009 – Centro de Estudios Paraguayos Antonio Guasch (CEPAG).
Desde que asume Lugo, empiezan a sucederse una serie de acontecimientos que tienden a distraer la atención de la ciudadanía. Acontecimientos que son profusamente cubiertos por la prensa empresarial. Son como fuegos de artificio que encandilan y hacen mirar para arriba mientras los ladrones que están abajo nos meten la mano en el bolsillo. Densos bancos de neblina ocultan o por lo menos dificultan la visión de los problemas reales.

Sobre los bancos de neblina

Los hijos “naturales” (como si pudieran existir hijos virtuales) del obispo, ¿dos, tres, 17?, no importa. Testigos falsos que tratan de involucrarlo en el secuestro y muerte de Cecilia Cubas, la inusitada democratización en la fabricación y uso de bombas, la utilización de un cuartel para subvertir con ideas, la intachable y apolítica tradición de nuestras fuerzas armadas, las constantes rencillas del clan Franco con el Ejecutivo, el chismerío político de alta densidad mediática y bajísima estatura intelectual. Además, los pronósticos cataclismáticos porque Petropar debe a PDVSA, el negociado de marihuana de José Pakova Ledesma, Elvio Benítez y la “probable complicidad de Lugo”, triunfalistas anuncios de juicio político frenados abruptamente por apoyos de cierta embajada al number one, crucifixiones y escenas de autoflagelación de desamparados sin techos, abandonados y dejados sin recursos por el malvado de Pablino (Cáceres). Petardos, buscapiés y 12x12s, y, de tanto en tanto, una cañita voladora lanzada por algún obeso senador. Está el escenario montado para una demostración circense con acceso gratuito para un público infantilizado y desprevenido.

Infantilizado por la industria del divertimento barato de los medios de comunicación, desprevenido sobre estos problemas porque es más importante ocuparse de qué van a comer los chicos hoy, o cómo lo mando a la escuela sin zapato, o qué hago con la abuela enferma, o cómo consigo para el pasaje de hoy. Circo sin pan. Es evidente que el imperio actual es peor que el romano de antaño.

Sobre la realidad detrás de la neblina

Parecería estarse dando una situación bastante particular, la metáfora sería la de un remolino, pero que en su interior hay dos corrientes: una que corre en el sentido de las agujas del reloj y otra que corre en sentido contrario.

La que corre en el sentido de las agujas refleja el hecho de que hay cada vez más gente —aunque no parece ser aún la mayoría— que está organizada y que no se deja seducir por los cantos de la prostituida sirena del “pensamiento único”, de esa prensa chatarra tan propia de nuestro país y característica de nuestra chata oligarquía. Para hoy ya hizo su aparición en el Paraguay el debate político, con tropiezos y todavía no muy sintonizado, pero con mayor claridad, se están dejando oír los planteamientos de una izquierda incipiente, mejor visibilizada en ciertas organizaciones sociales, lo cual representa un potencial desgaste de la derecha neolítica en el terreno político-ideológico que hace un uso muy desgastado de argumentaciones pueriles. El desgajamiento de la masa electoral de los partidos tradicionales (incluyendo al de los caballos) es muy notorio. Hoy el Partido Colorado sabe que solo no podrá ganar ninguna elección, los liberales son —como lo fueron hasta que apareció Lugo— “pan comido” para cualquier otro contrincante electoral. El sustento de esta aseveración no es el 20 de abril de 2008, sino una última encuesta que mostraba que Lugo (a pesar de la neblina, de los pitos, los hijos, las matracas, cencerros y platillos que la derecha política en retroceso hace sonar a través de la prensa subordinada) recibía un 54 % de apoyo ciudadano. Y esto pone muy nerviosa a cierta gente. Esta contracorriente dentro del remolino se empezó a mover de a poco, pero puede tomar impulso.

En el sentido opuesto a las agujas del reloj (y esto casi en sentido literal) está la corriente conocida vulgarmente como “desestabilizadora”; la de los grandes señorones de la oligarquía, la aristocracia provinciana, yuppies[1] al servicio de las multinacionales, y viejos carcamanes corruptos que amasaron ingentes fortunas a la sombra de dictaduras y partidos tradicionales. Estos son los que están haciendo sonar los sonajeros.

¿Por qué la neblina por ellos propiciada? Para tapar las consecuencias del modelito de “desarrollo” que nos impusieron desde hace mucho tiempo; el aumento de la pobreza, la inestabilidad laboral, la expulsión campesina de sus tierras, la creciente inseguridad alimentaria (o sea, más hambre), la cadavez menos contenible demanda por un cambio distributivo de la riqueza, la profundización del modelo basado en el agronegocio, la droga y la corrupción que sigue tan campante (ley de agrotóxicos, de defensa de las inversiones extranjeras…), sostener al dólar (con fondos públicos) para solaz de los agroexportadores, que el rechazo al Impuesto a la Renta Personal (IRP) pase lo más desapercibido posible para que ellos (los ricos, o mercaderes según Sastre, sigan gozando de los mismísimos privilegios de siempre), los negociados de los anteriores gobernantes (por qué tanto ahínco de Nicanor (Duarte Frutos) para que le suceda Blanca (Ovelar de Duarte), ¿será porque Blanca supo tapar las trapisondas en el Ministerio de Educación y Culto (que es solo un botón de muestra para conocer el stock de desfalcos a los bienes públicos por parte de los gobiernos colorados de la “transición”)? En suma, Lugo, sin representar amenaza alguna de cambio en la orientación político-ideológica del Estado, es lo suficientemente molesto para sacarlo. En alguna medida está metiendo el dedo en el avispero, pone algunos palitos en la rueda de esa bicicleta del capitalismo doméstico obsesionado siempre por aumentar sus rindes económicos.

No puedo dejar de parafrasear a Alfonso Sastre[2](probablemente el más importante dramaturgo de habla hispana vivo) señalando que Lugo en un año empezó a destapar ollas (ollitas por ahora) y el hedor que sale de ellas nos muestra que “el Paraguay de los mercaderes” está librando una batalla feroz contra el Paraguay de los pueblos (que en él habitan).

La presión que los “mercaderes” están imprimiendo a la atmósfera política va en aumento, pero también aumenta la ira de ese pueblo históricamente vapuleado. Esto presagia que pueden darse tormentas aisladas (difícilmente generalizadas), pero tenemos que estar preparados con el mejor paraguas que hay para contrarrestar esas perturbaciones del cuadrante de la derecha: el desarrollar un criterio propio, usar la inteligencia para entender lo que nos está proponiendo como menú, la horda aquella del neolítico incrustada en nuestras instituciones políticas. Y termino otra vez con Sastre cuando le preguntaron en la entrevista citada: “¿Por qué hay tanta gente inteligente que se pasó al corifeo[3] de los mercaderes?”, respondiendo Sastre: “Porque vivimos en el marco… de una situación de degradación y mercantilización de la inteligencia”.

Sepamos usarla.

 

  1. En inglés, plural del neologismo que viene de la contracción de young urban proffesionals, o jóvenes profesionales urbanos.
  2. Conversación con Alfonso Sastre, dramaturgo y candidato de la ilegalizada Iniciativa Internacionalista. “Siempre he amado la justicia y la libertad, y con esas ideas he procurado siempre y procuro hoy untar todo lo que se pone a mi alcance”, Santiago Alba Rico, www.rebelion.com, 21 de mayo 2009.
  3. Persona que es seguida de otras en una opinión, ideología o partido.